MANCHAS AZULES
Grita la almohada
realidades que sangran,
y se desparraman
obscenamente
ocupando rincones
de la casa.
La inocencia se encoge
acongojada,
escupe coágulos
de odio,
a un dios
que mueve peones
con los ojos vendados
y todo se desprende,
las uñas
--------los juguetes
---------------los dientes,
------------------los abrazos.
Un poema inconcluso
cuelga de una lámpara,
apagada.
Cada día
el cuerpo muere
en su propia sombra
y aun así,
los fluidos anidan
en el pubis
de la joven muerta,
late en su perfumada
impaciencia
y escapa por la ventana
embriagando la siesta;
ella y su agujero
de ausencias,
ella con su desnudez,
provocando lágrimas
y violencia;
éxtasis entre las piernas,
gramática en la planta de los pies,
sintaxis en la carne fugitiva,
acorralada en la madera
húmeda.
Los silenciosos en su honor
circulan,
como una caravana absurda
de reflejos incompletos,
llenos de muerte
y ella tan viva,
----------tan blanca,
heredera
de un paisaje de ensueños
y esas manchas azules
en sus pequeños pechos
proyectando
en su inmovilidad
su danza y vuelo.
¿Y que puede la vida en sus rostros tan secos?
Y las muñecas ebrias
de tanto duelo incierto,
abrazan tiernamente
el perfumado cuerpo,
de la joven sombría
que en un dorado fuego
será solo cenizas
en la luz del jardín
consagrado a su beso…
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