Escribo para no suicidarme en el lecho
de la noche que llora
Hechizo, caminas en mil hormigas
de luz vibrantes
hiriéndome los tallos de la memoria
en estos jardines de dientes y faunos
las ciudades preñadas de ojeras
me niegan la tregua y me ofrecen el látigo.
Las palabras se descuelgan como racimos
convocadas en el hedor de los ímpetus
castradas, fantasmales y sedientas
se atan a tu miembro bendito
que no está sino como un ángel de presencia
en los efluvios mendigos
de mi pleamar
y mi deseo tiene un nombre
tatuado en mi sexo invisible
Es tiempo de un instante eterno
en la cópula de los signos
que eyacula insomnios
en senos de espectros nocturnos
De carne son las palabras
que arrastran los pies del amor
en la incandescencia
del vértigo de una telaraña
que crece como este poema
mendicante.
Texto agregado el 25-07-2008, y leído por 258
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
06-08-2008
Un sensual devenir de bellas metáforas. 5* Ashyria
02-08-2008
Un remolino que encuentra su sitio en la mente del poeta...Vale tu estilo. auiles
31-07-2008
un río de metáforas un tanto ilegibles, pero con un ritmo seductor. aurelio
28-07-2008
Aquellas palabras que en otro contexto pueden lastimar la sensibilidad en un momento de deseo doloroso, en tu poema potencian el erotismo y la sensación de vacío por la lejanía del amado. Siempre tus metáforas son ventanas abiertas a más... a ver más... a sentir más.... y irse por un camino sin retorno hacia el punto más elevado. Un abrazo. Adriana cromascape1963
27-07-2008
El dolor de amar, la insatisfacción perenne que nos deja. El sexo puede ser complemento necesario y darnos el placer de un instante, pero el amor renace en cada encuentro y en cada sueño.
Felicito, como siempre, a mi admirada poeta.
Alejo. Y mis votos. ricki