LA CLASE DE ETICA Y LA CABELLERA DE CRISTO
Desde muchos años, en el interior del aula escéptica y exageradamente fría de la escuela, se instruía a las alumnas sobre la asignatura de Religión. La hermana Concepción de la Virgen María, la profesora titular, seguía mostrándose ante ellas, como aparecía de costumbre; seca e implacable.
Sus jóvenes alumnas, de edades comprendidas entre los trece y los quince años, se mostraban, con raras excepciones, en el mismo tono y tesitura, imagen y apariencia.
Las jovencitas asistentes a las clases, ya se habían convertido en mujeres, a pesar de que para la hermana Concepción, y solamente para ella, seguían siendo las niñas del curso anterior. Las mismas niñas de antes de la pubertad, sin fuerza ni convencimiento, no digo para imponer su particular punto de vista, algo que podía haber resultado temerario delante de Sor Concepción, ni tan siquiera para intentarlo.
Las mujercitas permanecían expectantes. Las drogas y la problemática moral que las envuelve y El latrocinio, y para Sor Concepción, la innombrable prostitución que las une.
La hermana Sor Concepción de la Virgen María, la profesora, fue describiendo gráfica y ampliamente, la figura del presunto violador, no solamente de la Ley, , desraizado de la Sociedad, , sucio de alma, repugnante de cuerpo, con la cabellera larga y sucia.
Cuando refirió la muerte, producida por su propio hijo, de unos padres que en una ocasión se negaron a facilitarle dinero para la compra de drogas, unas pocas alumnas, no pudieron evitar mostrar sus ojos humedecidos por las lágrimas.
Pues tened cuidado, seguía enfatizando la monja mientras fijaba sus fríos ojos en tres de sus alumnas, aquellas que os dejáis acompañar por esa tribu de melenudos. Ante su determinante y encendido monólogo no se permitió ningún resquicio que propiciara una hipotética objeción; es bien cierto. Pero una niña llamada Vanessa, las más cualificada de aquellas tres señaladas por la fría mirada de la profesora, sin demasiada convicción, es cierto, se atrevió aquel infortunado día del mes Mayo, a preguntar:
Sor Concepción pudo decir,luego de un leve intento por intervenir ¿Cristo no llevaba melena ?
Luego de un corto y frío silencio, aquella inocente niña pudo comprender de qué manera, había logrado el suspenso más significativo de su vida escolar en secundaria.
Rober Bores y Luís
5-07-96
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