Tengo gusto por pocas cosas buenas y un sinfín de pervertidas. Mis ilusiones a menudo disminuyen, y mis alegrías se desgastan por los detalles y motivos. Aún así, me quedan razones suficientes que me sostienen, colgado de esta palpitante enfermedad. Siempre pido más, pero recibo menos y nunca me acostumbro. Debo ser honesto: estoy jodido, pero vivo.
Siempre he preferido lo que vendrá, pero termino quedándome con lo que ya fue. Debería estar soñando, pero el cansancio llega y uno debe madurar de alguna manera. ¿Dónde se aprende eso?
He dejado de visualizarme en el futuro para poder sentirme hoy. Nunca me había prestado tanta atención, intentando sobrevivir sin lluvias, aunque de algún modo los sucesos siempre me lo han pronosticado: lluvias para toda la vida. Se me dañó la sonrisa.
No soy una causa perdida, simplemente estoy viviendo, y de esto también se trata la vida. Del amor podría decir mucho, pero lo he vivido tan poco. Podría contar mil historias sobre la vida, pero probablemente no me creerían.
De la noche, me quedo con sus estrellas y sus ruidos. De una mujer, prefiero un sí o un no, y el sexo a cualquier ánimo. De la derrota, me gusta la idea de la revancha. Disfruto cada palabra de un poema, y de una canción, todo.
Del final quiero un poco menos, y detesto los comienzos. Del tiempo, extraño aquel desperdiciado en vano, que es mucho. De las estrellas, me asombra todo. De los amigos, me llevaré los abrazos. De los sueños saco fuerzas, aunque siempre me fallen. De la esperanza, solo mentiras.
En resumen, ese soy yo; el resto es interminable.
P.D.: Si alguien me conoce mejor, que ayude. |