Ven y anda mis pasos
ahora que tu vida florece
y haremos nuestra mesa sobre el mar,
antes que el tiempo
me quiebre las alas
y nuestras semillas se esfumen.
Ven, camina mi vida
ahora que el tiempo comienza,
y nuestro lecho será de agua,
para que florezcan
en ti mis semillas,
andando nuestras vidas.
Ven, que un sol mojado nos llama
a sembrar las semillas
de las cuales somos frutos,
y nuestras vidas estarán
cubiertas de hojas risueñas,
en nuestro hogar de tierra.
Ven, que mi vida está caminando
y la tuya comienza a andar.
Unamos nuestros caminos
en un lecho sobre el mar,
para coger frutos maduros
en una edad temprana.
Ven, que mi huerto está lleno,
y el arca de mi sed
nunca ha buscado la humedad,
para llorar sus rosas mojadas
sobre una tierra palpitante
en que deben quedarse.
Ven, que el tiempo
agrietará nuestras palmas,
y tu luna no será de sol,
para secar la humedad que anidará
en nuestro invierno de tarde,
y el viento matará nuestras hojas.
Ven a caminar viviendo
el sol que llevas adentro,
y nuestro lecho de agua
será tibio y sofocante,
hasta embriagarnos con humedad
vaciada sobre nosotros.
Ven que las noches suelen llegar
antes que el sol se ponga,
y tu vida o la mía
se quedaran oscuras de soledad,
con ansias de amanecer
de nuevo a otro día.
Ven que la tierra y el agua
parecen ser madera y lino,
y las hojas tendrán manos,
como las nuestras
para sangrar nuestra sangre,
de hombre y de mujer florecientes.
11.12.76
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