¡VACACIONES Y OLÉ!
A punto de iniciar mis vacaciones anuales y consciente de que el obligado desplazamiento desde mi Salamanca hasta la playa alicantina, son casi ochocientos kilómetros, me pongo a temblar como hoja en otoño, porque ya voy para viejo
y mi pericia al volante va disminuyendo paulatinamente y con los años.
Tengo delante de mis narices, mi vehículo, mi pequeño y hoy limpio al fin, medio de desplazamiento hasta más allá del horizonte y durante interminables horas, bajo el azote de un sol inclemente, de un sol de justicia. Pienso y medito en que algo tan útil y necesario, algo que ya he puesto a punto, a tenor con los preceptos de la Mecánica,
puede convertirse también en un arma letal, tanto para mí como para quienes vayan a cruzarse conmigo, durante mi largo y cansino viaje.
Ya he comprobado y puesto a punto, el recto funcionamiento del motor, el correcto
inflado de neumáticos, el adecuado nivel de aceite en el carter y de agua en el radiador.
Y ahora es cuando, con los nervios a flor de piel, medito sobre DIEZ MANDAMIENTOS, que, para el conductor, recomendó el pasado año la Santa Madre Iglesia, desde su sede en Roma y que no vendrá nada mal recordarlos, como siembra de prudencia, para todos, creyentes y no creyentes:
1.- No matarás
2.-Que la carretera sea para ti un instrumento de comunión y no de daño mortal.
3.-En la carretera, cortesía, corrección y prudencia.
4.-Ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente.
5.-Que el automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio, sino de servicio.
6.-Convence con caridad de que nadie se ponga al volante, si no está en condiciones de
hacerlo.
7.-Brinda apoyo a las familias de las víctimas de los accidentes.
8.-En caso de accidente, media entre la víctima y el conductor agresor, para que puedan
vivir la experiencia liberadora del perdón.
9.-En la carretera, tutela al más débil.
10.-Siéntete tú mismo responsable de los demás.
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En la Plaza Mayor de Villadiego, un hermoso pueblo de la provincia de Burgos, perteneciente a la Comunidad de Castilla y León (España) – esto lo apunto para los muy lejanos y para los menos duchos en Geografía local- he observado una lápida de mármol
blanco, colocada precisamente sobre una antigua argolla, a través de la cual, se hacía pasar una maroma, a la que se ataban y aparcaban las caballerías de los visitantes.
Pues, curiosamente, citada lápida tiene grabados estos versos, que alguien escribió
con mucho sentido común y como “aviso para navegantes”:
Medita con humildad
Cuando aquí aparques el coche:
Si en destreza haces derroche
Y alarde en velocidad,
Modera tu vanidad
Y sírvate de consuelo
Que sobre este mismo suelo,
Cuando llegaba a esta Villa,
Con el cordel, a esa anilla,
Ataba el burro tu abuelo.
¡Que a todos les aproveche, felices Vacaciones y feliz regreso siempre!
Conviene recordar que es mejor perder un minuto en la vida, que la vida
en un minuto.
EMILIO - Julio 2008
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