Desnuda ante mis ecos
Mi sed queda desnuda por una ocasión, después de tanto tiempo caí en cuenta que mi emoción por ella había quedado intacta, lo que me hace recurrir a buscarla entre las sombras… lo que me lleva a comprobar los estragos de nuestra distancia, el saber por que fue mejor de que se fuera con mi lejanía.
En aquella situación; al verla vomitar gestos y miradas entremezcladas con los manifiestos de mi amor, me hace una grieta con un poco de sabor a dulce, olor a canela, estoy tranquila por que extrañamente ya se que besar sus labios me hace mal, la deje encerrada desnuda en un frasquito de cristal para conservar el olor fragmentado se su esencia, prefiero conservarla como un perfume; hermosa, joven y eterna, yo me permito estar sin ella, y no extrañar su cuerpo desnudo sobre mi regazo, y poder descorchar las botellas de vino para bañarme en su embriaguez y dulzura… mi frasquito de cristal lo deje guardado en un cajón y perdí la llave.
Ahora me encuentro en el balcón, con mis muslos abiertos, mis pechos al aire, mi ombligo palpitando y el entrepierna totalmente mojado, con una sensación que antes me atreví a experimentar, no a disfrutar… ahora es el, que me llena de gozos, me desfasa, me desvanece con cada suspiro que me hace transpirar y morder mis labios, por trasmutar sus penas y las mías en deseos como parte de un solo eco.
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