Partes de mi Patria
Inocencia perdida
Trauco ha sido el despiadado
De tu infortunio lunar,
Me lástima verte así
Casi ancha, casi madre.
Es injusto de verdad,
Pero creo que tu vida ha muerto,
Si solo existiera el milagro de nuestra señora
Le daría mi alma poeta.
Eras joven
Naciste de la inocencia
Y caíste en el horror de la realidad
Necesito verte
Me acuerdo
Me acuerdo mucho
¿Te acuerdas de lo que me acuerdo?
Eran bellos esos recuerdos
Es claro que el cómplice de su acto
Debe ser el Huallipen,
Pero tu novio no ha muerto
Así que excusado de la culpa
El se encuentra
Te miro a los ojos
Niña linda de recuerdos
Amada mujer de la nobleza
Ahora que te veo
Tienes el mismo mirar.
Pero aun cuando el Trauco
Mato la ilusión
Y el Huallipen lo miro
Digo de verdad querida de la luna,
Que el eclipse bestial
De tu vientre,
La belleza sublime de tu busto
Crearan en ese juego de obscenidad
Y lujuria
El deseo de un semidiós
No Aquiles, si no autentico
En esencia, como dirían los griegos
Un semidiós en esencia.
Llamada de la patria (cuento largo)
Por la razón, o la fuerza
Ese ha sido mi lema
Por la razón de un búho
Y la fuerza de un león.
Te imagino solemne tierra
Carcomida por los años
Manoseada por los oportunistas
¿Cuantas cosas son de ti?.
Converso con mi luna
Converso con el alba
Converso con mi trago
Amargo, lloroso del vino.
Dime estrella lejana
Por que en esta tierra mía
Mantienes tu mirada llana
¿Por que lo haces?.
Por que haces de mí,
manantial de lamentos
ofuscación de lagrimas tardías
y calamidad de rimas.
No lo sé, no lo sé
Para ti, acaso he sido fiel
A tu corteza a tu color de oro
Patria mía, te quiero.
El patriota ciego (continuación)
Puro es mi Chile azulado,
Me han dicho por allá,
En las tierras de los incas,
Pero yo digo sinceramente,
Ante la lagrima del cóndor
Que no vuela mas, amigo ya no es así.
Me han dicho copia del edén,
De un edén perdido en tinieblas
Con gente contaminada en caos
Y que infeliz se encuentra,
Sumergida en tanta austeridad,
¿Dónde están los copihues rojos?
Sin mas ni más
Lloro por la sangrienta batalla,
Lloro por el O’Higgins olvidado,
Sin duda lloro, por la fuerza del batallón
Lloro por mi patria caída
Ante el yugo del extranjero.
Me han dicho mapuche
Diaguita, Ona, Alacalufe
Con potencia misericordiosa
Salgo al encuentro
Con lanza en mano
Y lagrimas en los ojos.
¿Dónde quedo el peñón?
Donde esta sentada la esmeralda
Tambaleando su cuerpo alucinante
Ante el caído Huascar, y el sublime
Color rojo de las mejillas batalladoras,
No lo sé, mi dios tampoco lo sabe.
Termino con esto mi coloquio
De mis males,
Pero escucha bien,
hombre nacido de vistas plenas,
pone oído al suelo,
martiriza tu mente,
Y así veras que nada de lo que ves, ha sido realidad.
El Huemul indefenso (Continuación)
Corría por las praderas verdes
Caminaba por el agua frondosa
Hasta que vi el casco,
Plata y oro, y yo solo
Deje la pradera a su reposo,
Para ver que sentirían,
Pero no sintieron
Mataron, la vida
Mataron, la muerte
Y yo oculto
En el viento del sur
Me oculte de la ira.
Volví a abrir mis ojos
Ante la oscuridad que asesinaba,
Para ver sí sentían algo.
Sangre corría fuera de las venas
De un manto sagrado
Toki, Pachi no importaba,
Sangre corría por las venas sagradas.
Cierro los ojos otra ves, y veo la caricia
De un látigo cristiano,
Que ahuyentaba los malos “espíritus”
Y mataba a mi gente
Gente noble,
Gente gente,
Gente creadora,
En manos de gente nefasta
Pido silencio, por mi gente.
Llega el fin de mi indefenso castigo ocular
Me pillan en los vientos del sur
Y me toman de rehén especial,
Me hacen joya de un mural
Y matan al que nació de la tierra
Matan al ser que no pudo esconderse en el viento del sur.
Me matan a mí Huemul,
A mi, indefensa criatura del sol,
Llamativa cebra de finesa,
Me matan de hermosura,
Y me matan de impureza.
Deje que me degollaran
Para ver si sentían algo,
Deje que me mutilaran
para que sintieran algo,
y juro lector hermano,
Que risa habré escuchado.
Y en mi honor por ser indefenso
Y a las ves mas dosil, me ponen en su emblema
Tocando y alcanzando,
La estrella mensajera,
Que mato a mi tierra de pureza.
Copihues Rojos (continuación)
Amada Hues, de los blancos trajes
Sumiso Copih, del lomo aguerrido
Romeo y Julieta, no son sino míseras,
Sino austeras imitaciones de su amor.
Querida Hues, mujer de la nieve
Terco Copih, hombre de pasión
Escribo este poema, para hablar de su unión,
Del lazo marital en ti especial;
La unión celestial, que un día de trágicos lamentos,
Termino con la luna llena de sonrisa,
Implorando tu apaciguado bebe,
Distes a dos hombres recios,
Que por ternura, tenían tu rostro
Y que por coraje el cuerpo de dios.
Lamento, amado copihue,
Que en el nacer de una mañana,
Muriera al caer de la lanza,
Un rostro en lagrimas,
Unas manos ya frías,
Y una mar casi lejana.
Copihue, mezcla de deseo y lujuria
Escribo estas palabras
Llenas de alambres
De deseosa seda
Y contemplo en tu mirar ya casi sin alma
El rojo y el blanco de tu cara
Sabes que te hablo a ti joven copihue,
Nacido del lamento, y sacrificado por el mismo.
Por ti lloro copihue, sueño de la patria joven
Adorno de la hipocresía inculta.
Copihue creación perfecta, te dejo
En el ocaso de la contemplación,
Para dejar en huella tranquila,
Tu caminar ecplicial.
Te veré en la luna querida contienda
De mapuches y pehuenches
De reyes y criados
Que un día mataron el amor,
Y sumieron las esperanza
En la juventud de la rosa,
Esa roza de príncipes llamado
Copih – Hues.
Aquí están los copihues
Testarudo ciego.
El cóndor rapas (Continuación)
Naciste de la obsoleta sequía
Para caer en el vuelo rubicundo
De la celestial montaña de los andes.
Eres halcón pagano de caos
Ladrón de esfinges color nubes
Y catador de sangre montañera.
Eres todo, cóndor de las plumas chuecas
Eres cómico, drama y trágico en escenarios
Caes en la luna y mueres en noche
Nostálgico haces tu vuelo de muerte
Para así asignar tu rudeza de mil lagrimas
Halcón de las mil miradas, ¿que miras?
Despierto extasiado, ante el aleteo
De un mamífero, plumífero, paquidermo
Y lleno de gozo, te hago caso a tu miedo
Cóndor rapas te han dicho
Cóndor de las azoteas claras,
Azoteas que fueron claras
Cuéntame cóndor de las miradas sinceras
¿A quien busca tu mirar?, Moñi ya ha caído
Y con el todo lo que era tu vida
Querido y amado amigo de las sombras austeras
Deje en ti este renombre, nombre sincero
De un ave que pierde su vuelo
Pido silencio, aun más silencio
Ya que el rapas a muerto
Y con nosotros su volar.
La Gente de mi suelo (continuación)
Naciste de la tierra,
Diste a luz barro celestial
Creaste en las cenizas
La arrogancia y maestría
De tu brazo aguerrido
Y tu esperanza sincera.
Creaste la gente temeraria
La que ama con razón
Y no por la fuerza.
A ti te llamo,
Gavilán de los mantos sagrados,
Hermosura naciente de la puesta,
Imploro tu nombre,
Invocando a la perfección
Para dedicar míseras,
Y mas llorosas palabras
Para tu existencia
Esclavizado y luchador
Sumiso y aguerrido,
Huemul y cóndor
Tiene en su alma y cuerpo.
Nadie vio venir el viento del sur
Nadie vio oler el color rojo de las rosas,
Pero juro, que no basto amigo mío
Que no basto.
El Mestizo Arrepentido. (continuación)
nunca hubo en mi un grano de pureza
y en mis venas, te juro que soy puro.
cabalgando en la noche estrellada
con el poncho del arriero
y el canto de los grillos.
nazco de la pureza ambigua de dos razas
y padezco de atebarrones*
entre mi vos de s,c,z desvariadas
y mis cómicos lenguajes Arquetnionios*.
debo confesar amigo lector,
que mi vida nació en la hibridez
entre el tinto y el blanco
Entre el iñór y el esclavo.
yo soy puro, e impuro me encuentro
torpe visión de una sociedad
ya industrializada, para mí
es una incerebracion*, amigo sol
sol mañanero,
sol del gallo,
sol del calor de la tierra.
ahora en los pesares de mis espuelas
espuelas de aire y chupallas de recuerdos,
estoy yo, sin pipeño,
sin iñora Inés,
solo con la compresión
de un suelo de tierra negra
Negra y sólida llamada pavimento.
arriba de mi yegua de metal
llamada suzuki, me encuentro
arrojando el desprecio ciego,
de mi pasado hermoso,
Llamado vaso de vino tino y garrafa contenta.
Empanada de Pasión (Continuación)
Quemas mi pasión alucinante,
Con tu prodigioso jugo celestial,
Y aun así deseo tomar en mi danza
Tu mano de descontrol,
Tu cariño de aromas,
Y tu juego de perfumes.
Naces del corazón ovalado,
Para mezclar la esencia cristalina,
Con tu piel canela sabrosa,
Hacen en ti, cuerpo perfecto.
Rombo envidiable de geométricas.
En tu interior, amada dama hogareña
Interfiero al decir, que tu perla sabor
Ceniza y destierro, tiene el carisma
Acusador de tu actuar sensual,
Y aun así no puedo controlar,
Mi vida ante el mundo de tu corazón
De tu piel dorada al calor,
De tu esencia jugosa
De tu todo sabroso.
Espero un dia, eso si
Dama de las manos fogosas,
Tomarte y besarte, como lo hice una ves
En esta casi y leal caminata hacia el recuerdo.
Recordar tu perfume de esencia infinita
Para caer rendido, ante el beso fogoso
Que una ves nos dimos.
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