No he encontrado mi cuerpo
Más que en la ciudad.
Vista de desde la ventana,
Hasta donde llega la mirada.
Y suena a cuartetos de cuerdas,
como maldiciones.
En babel me miro desde arriba
y abajo.

A veces, siento como tirita la tierra
Bajo mis pies.
Lo trémulo aunque se crea de concreto
Ha de temblar.
El peso de la vida
Se deja sentir.
Entre calles atestadas,
No importa.
No sigue semáforos,
Ni se ocupa de la lluvia.

La ciudad que me inunda desde la ventana
Primero en ruido
Siempre sucia
Es espíritu
Engendrado por espíritu
Encarnado en el pavimento
Espera al primer desprevenido
Bajo la luz de las farolas.