LLueve. Las gotas de lluvia golpean los cristales de la ventana como dedos impacientes golpean una mesa. Llueve sin frio, como deberian ser todas la lluvias, refrescantemente cálidas. Algo dentro de mi me pide salir y mojarme bajo la lluvia por primera vez esta primavera. Dejo la pantalla del ordenador y salgo a caminar bajo la lluvia. Paraguas con gente debajo, gente corriendo, gente caminando aceleradamente, con los ojos guiñados. Yo camino lento, sintiendo cada gota que acierta sobre mi. Algunos me miran extrañados, como si fuese yo el loco y no ellos, que dejan pasar estos momentos especiales. O peor, que huyen de ellos. Camino pausadamente, paso tras paso, gota tras gota. Y de repente, diez gotas delante de mi, ella. Con el mismo caminar pausado, con la misma expresión en la cara que yo. Ella tammbien disfruta de la lluvia de primavera. Nos miramos mientras caminamos uno hacia el otro, nos cruzamos, compartimos una sonrisa y unas gotas de lluvia. Nos alejamos. Quizas sea la electricidad del ambiente lo que me ha erizado el cabello, o quizas, sea la sensacion que produce cruzarte con un alma gemela. Sigue lloviendo. Sigo paseando. Sigo adorando la lluvia en primavera. |