Momentos, imágenes, recuerdos, deseos, cosas de todos los días. Puntos de vista... absolutos y relativísimos. Maneras de ser, particularidades. Virtudes. Defectos. Cosas que no se permiten. Cosas que se exigen. Creaciones. Iniciativas. Sueños. Sueños abandonados. Sueños realizados. Presencias, Ausencias. Seres que pasan por la vida. Seres que se quedan. Que dejan algo, que (nos) arruinan por fracciones de vida. Sinsabores. Historias tristes. Anécdotas sin contar. Anécdotas repetidas, que contamos mil veces, que recordamos millones. Instantes y eternidades. Aromas, sonidos. Frases que marcan. Frases que se anotan, que se dicen, que se esperan, que se escuchan, que hacen ruido. Ruidos. Ruidos que molestan, que acompañan, ruidos necesarios. Necesidades. Inventadas y reales. Y reales inventadas. Inventos. Que nos dicen, que decimos, que pensamos. Pensamientos propios. Novedosos. Novedades nuevas y novedades viejas. Novedades que ya no son. Novedad es también cuando nos anoticiamos cosas de nosotros mismos. Que somos. ¿Qué somos? Cuando sabemos que somos también, eso. Y eso que jamás pensamos que seríamos. Y cuando nos damos cuenta que es posible no ser eso que siempre nos dijeron que éramos. Y que tal vez seamos. Para otros. Novedad es también darse cuenta que uno es tortuga a veces, pero a veces no. O tal vez que no lo seamos. Que puede ser. Que eso es relativo. Darnos cuenta de que podemos ser solitarios sin estar enfermos. Que la soledad es a veces la mejor compañía (pero que a veces renegamos de eso, y cómo cuesta!) Saber también que aún con amor podemos seguir siendo solitarios. Y ya no pedir perdón por eso. Descubrirnos. Descubrirse. Descubrir (se). Y no asustarse. No asustar (se). De lo que (se) descubre, claro. Porque eso tal vez también somos. Porque los otros también pueden ser aquello otro. Aire, paz, luz, amor, cualidades, sentidos, sentimientos. Sensibilidades. Abanicos (de) sentimientos, de sentidos, de sensibilidades, y de insensibilidades. De vulnerabilidades, de riquezas, de hazañas, de caminos. Caminos que se abren, que se ramifican, que nos ponen en lugares nuevos, que nos dejan en lugares que ya conocemos, o que conocemos y sabemos que no nos llevan a ningún lugar. Pero quizá esta vez si...? Personas y personajes. Máscaras, melodías. Certezas cuestionables, cuestionadas, cuestionamientos sin sentido. Sentidos que se cuestionan. “Cuestiones de la vida”, cuestiones de la muerte... Muertes vividas, muertes muertas, muertes recreadas, inventadas, infinitas, imposibles. Cuerpos. Deseados, mirados, tocados, conocidos, mortificados, soñados, despojados. Que se encuentran, que se pierden, que se fusionan, que se rechazan. Cuerpos que creemos seres, seres que creemos cuerpos. Cuerpos que no conocemos. Cuerpos que tienen un adentro que nunca vemos. Y mejor que así sea. Adentros que imaginamos. Que aterran. Que son más que reales aunque los pensemos. ¿Reversibles? Ni pensarlo. Monstruos. También los hay. Reales y creados. De pesadillas, de la vida cotidiana... Cotidianidades que se vuelven raras. Rarezas que se vuelven cotidianas. Rarezas? Uno mismo, la rareza más cotidiana que tenemos. “Ser rara” ¿Ser rara? Faltan motivos. O sobran. Tenemos más sentidos que sin- sentidos, y no vemos que quizá sea al revés! Que la falta más grande e irremediable tal vez sea esa! Metáforas, justamente con ellas hacemos la productividad del sentido. ME-TO-NI-MIAS. Allí cuando nos damos cuenta que no hay... Que no... Qué... QUÉ? QUÉ! |