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Las dos caras del orgullo
Patgarpol

Lo necesito. Juro que lo necesito. Y seguro que él también me necesita. Las veces que nos hemos encontrado lo he leído en sus ojos. Se nota que hace un gran esfuerzo para disimularlo. Pero, ¿acaso no hago yo lo mismo? Es que somos dos orgullosos incorregibles. Dos tontos que luchan como dos soldados por estar juntos y cuando al fin logramos el anhelado encuentro lo echamos a perder con nuestras actitudes infantiles. Sin embargo, es tan guapo y hay tanta ternura diluida en sus ojos nocturnos. Sólo cuando está enojado me parecen esos ojos dos negros nubarrones que presagian tormenta acompañada de rayos y truenos. Cómo olvidar sus manos, que como dos mariposas danzantes revolotean dulcemente sobre mi cuerpo rendido. Cierto es que a veces esas manos se ciernen amenazantes como dos tenazas sobre mi indemne anatomía, pero… ¡Oh, Roberto, Roberto, hasta cuándo vamos a seguir quemándonos en este infierno, viendo pasar los días distantes y fríos mientras el corazón se quema en su propio brasero!

Estos muros me tienen el alma oprimida. No aguanto más este apartamento. Suena el celular una y otra vez durante el día, sin embargo, ella no me llama. Tocan a la puerta, se dispara mi presión sanguínea, abro y… ¡Qué desilusión! No es ella. Otras mujeres me pretenden; no puedo negar que me hacen sentir halagado, pero ahí acaba todo. Sólo deseo volver a estar con ella. Ninguna otra mujer tiene esa dulzura cálida, ese donaire a la vez atrevido y discreto que tiene ella. Carmen, linda muñequita mía, no tardes en volver… La primavera va pasando, pronto llegará el verano a recoger los dulces frutos. ¿No has de venir a la vendimia?

No he de negar que a veces sea un poco intransigente. Que en ocasiones mis palabras tengan la dura consistencia de una piedra o la fría desnudez de la escarcha. Sin embargo, ¿es él una mansa paloma? ¿No ha sido él tan terco o más terco que yo? ¡Oh, Roberto, ángel mío, por qué eres tan terco!

Hemos plantado hermosas flores en nuestro huerto sentimental. Las plantas demandaban cuidado y esmero, y hemos correspondido a esa demanda, pero oh, de pronto algunos insectos dañinos se han posado sobre nuestras plantas y muchas han comenzado a secarse. Mas ambos sabemos cómo combatir a esos insectos malvados. Tenemos la posibilidad de pulverizarlos. Sólo hace falta algo que tal vez no tengamos: humildad. ¿Por qué he sido yo tan arrogante? Y tú, Carmen, ¿por qué eres tan orgullosa?

Son las cinco de la tarde. A esta hora estará en camino a la universidad. Simularé que tengo un encuentro con mis compañeros para verlo, aunque sea de lejos. ¡Quién sabe si ocurra el milagro de que al encontrarnos se vaya a pique este muro de orgullo y acabe esta farsa!

¿Estará ella hoy en la universidad? No lo sé. Sin embargo tengo la esperanza de encontrármela. Algo me dice que la veré. A veces la intuición funciona.

¡Dios mío! Allá viene. Ya sabía yo que me lo encontraría. Creo que me ha visto. Ahora abre el periódico y simula leer. Pero ¿de qué le sirve si sé que por encima del periódico me está mirando a mí?... Me ha visto, pero rápidamente ha rehuido la mirada. También yo he esquivado la suya.

Ciertamente, es ella. Ah, pero viene con un aire de indiferencia que mete miedo. Seguramente pasará de largo y ni se enterará de que nos estamos encontrando. Es una presumida. ¿Cómo he tardado tanto tiempo para darme cuenta? Creo que se ha creído el ser más importante que pisa sobre la tierra… tal vez lo mejor sería enfocar la vista hacia el lado del rectorado. Así sabrá que no me he interesado en verla.

Mírenlo ahí. Ni que fuera un príncipe inglés. Ahora mismo volteo la cara y miro hacia el área del laboratorio. Siento su inconfundible perfume al pasar por mi lado, pero no. No lo he visto, no, no lo he visto. Juro por Dios que no lo he visto. ¡Al diablo con él y su maldito orgullo!

- ¡Coño!

- ¡Mierda!

PGP
14 de julio de 2008

Texto agregado el 20-07-2008, y leído por 72 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
20-07-2008 my bueno... a veces el orgullo opaca los mejores sentimientos de la vida, pero siemrpe hay que conservar por lo menos un poquito de dignidad!!! ereen
 
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