Miraba la lluvia caer como su propia existencia. El día, ayer tan soleado, hoy es gris y triste, refleja sus sentimientos. Quisiera no pensar, nunca jamás descubrir el por qué de su desgracia. Nunca encontrarlo de nuevo con ella, no volver a ver sus dulces ojos miel para no volver a hundirse en el lago oscuro de sus pensamientos. Ojalá todo doliera como una bofetada! Que fácil seria l vida si no importara nada… si no sintiera…
Nunca ha sido buena para olvidar, quizá todo sea una mentira, una mentira infame y estúpida, de esas que no se sienten, no se descubren mientras permanecen, pero que duelen profundamente cuando se descubren. Una mentira que nunca intento descubrir, de la que nunca se sintió parte y sin embargo lo supo todo el tiempo; sabía que mentía, pero hacía maromas por no descubrirlo. Ella pensó que la vida podía volver a comenzar y de nuevo volvió a errar. Pidió tanto que la historia se volviera a repetir, que logro que el dolor regresara.
Y ahora la luz se escapa de sus ojos de niña, su sonrisa rota duele hasta en la oscuridad y su voz quebrada se siente incluso en el silencio. Nadie entiende su dolor, aunque todos observan que sufre. Solo el viento encuentra su rostro y revuelve su pelo para intentar confortarla, mientras a su vez trata de enjugar las lágrimas que inundan sus mejillas.
Quiere esconder una vez más su debilidad, pero ignora que eso no es posible, no más. Intenta reprimir un grito y al morder sus labios, reconoce que se fue el dulce y ahora saben a cenizas…
Ahora ya nada es igual, y sus propios sueños le dan miedo. No quiere seguir soñando pero quizá esa será la única forma de pretender que nunca pasó, de que nada sucedió y de que todo es parte de alguno de ellos. Su esencia se volvió tan frágil, que el simple recuerdo de los días que deseó y que nunca llegaran hace que su alma sangre y de nuevo llene de sangre transparente su cara.
Tantas veces quisiera huir de nuevo, intentar escapar de su pequeño mundo de falsedad y demostrarle a todos que es más de lo que esperan, más de lo que podrían imaginar. Pero no entiende que eso no es posible, que quizá siempre será igual, que los cuentos de hadas no existen y que la gente no es como debería ser.
Si tan sólo hubiera un momento, un espacio inconcluso donde pueda sentir de nuevo su aroma, su tacto y su mirar. Descubrir que nada ha sido en vano y que lo mejor llegará…


…Despertó y de nuevo encontró su almohada húmeda, mojada, inundada de recuerdos que intentó borrar pero que volvieron a su mente. No sabía nada, sólo pensaba en que tenía que seguir, porque, después de todo, el cielo seguía luciendo azul..