Volví.
Sin pluma, sin papel, pero volví.
Regresé a tu morada.
Sin demoras ni prisas.
Me acurruqué unos días en letargo,
En cansancio, me hice de enfermo.
Me dañé por joderme, nomás.
Así fue, como se me antojó regresar.
A la casa de un estúpido témpano de hielo.
Micro ser humano, gran resentido de todo.
Pero te la gané, maldito, te la gané con todas las de la ley.
Vete a llorar, a matar, a vomitar ese encierro de barrotes o de mentes.
De-mentes.
Poeta de mente obtusa que solo obstruyes mentes sanas.
De-mentes, y mentiras.
¡Liquídate!
Más no queda tiempo
¿Para qué tiempo?
Más ya no nos queda.
Te dije todo, nada se salvó.
Ahora regresé.
Llegué sin fuerzas,
Pero soy capaz de llevarme tu carne, tu mente y si me jodes, tu alma.
Dios te de vida,
Muerto bien, de morir…sinsentido.
Muerto bien de morirte y matarte…sin matar.
Poco hombre,
Poco ser vivo.
Te observo cada instante y te liquido entre poesías tontas,
Que se escriben y me escribo.
No me doy respiro.
¡¡¡Jajá jajá!!! Por ello retorné…
Toma, aquí tienes una escupidera.
Echa todo lo que tienes tan guardado,
Carcelero de tu cárcel.
|