Lunes, 25 de junio del año 3.000

Querido Diario:

“No soportaba a mis padres hasta el día de hoy que viví una experiencia que nunca podría olvidar, y que solo reconocer tu error podría ayudarte a vivir en paz”.
Hoy en la mañana mi padre insistió con ir a la casa de mi abuelita muy temprano para darle una gran sorpresa, como llegamos muy pronto esperamos en el auto, una vez que el reloj marco las siete a.m. entramos a la casa de mi abuelita y le despertamos con el sonido de la canción "Feliz Cumpleaños", mi abuelita muy entusiasmada se despertó con un rostro de felicidad y nos llevó a la cocina para partir el pastel.

Cuando llegamos a la cocina, escuché el sonido de algo que se caía, muy lento y cuidadosamente subí las escaleras de la casa y al llegar a la habitación de mis abuelitos vi a un pequeño ratón salir, en ese momento no tenía más oportunidad que gritar y salir corriendo. De pronto subieron muy asustados mis padres y yo les había contado mi historia, todos se habían reído de mi pequeña anécdota.

Después de tantas risas subí a la habitación de mi abuelita para ver televisión, pero esta vez mucho más dispuesta a vencer el miedo de los ratones y ser mucho más valiente.

De pronto al entrar a la habitación sintiendo un miedo interior algo me brilló en mis pequeños ojos lo cual me hizo sentir tanta curiosidad que tuve que ir hacia aquel elemento sin riesgo alguno. Cuando me acerqué más descubrí que era una llave, entonces perdí la sensación de miedo pero sentí curiosidad.

A la hora del almuerzo no pude estar tranquila, porque solamente me pasaba pensando en que candado o algo parecido podía entrar aquella llave. Mis padres, mis hermanos, varias personas de mi familia se reían de mí molestándome de que yo estaría pensativa porque estaba enamorada, pero me enojé con ellos, entonces eso les pareció muy extraño porque yo siempre me enojaba con esos tipos de bromas.

La curiosidad me mataba, pero yo me decía que era imposible que mientras los minutos pasaban yo seguiría sentada pensando en donde, entonces descubrí que era hora de ponerme a buscar y no solo de pensar.

Tras animarme a buscar, pasaron dos horas pero yo no conseguía nada, y la paciencia se me agotaba. De pronto mientras iba hacia el baño vi una preciosa muñeca a un rincón del sofá, cuando retiré la muñeca del lugar vi la típica puerta donde mi abuelita me decía que habían ratones, entonces pensé que tal vez mi abuela ocultaba algo importante ahí, muy decidida abrí la puerta y observé bien el lugar y me di cuenta de que el lugar era realmente enorme y que había una gran caja sucia y con telarañas, llena de miedo metí la llave y lo logre abrir. La abrí y sentí que aquella caja me impulsaba hacia el interior de la misma, sentí un leve sueño y me desmayé.

Cuando me desperté me encontraba en el mundo que mi abuelita me contaba que era hace mil años. Entonces descubrí que esa caja o baúl era como una máquina del tiempo dentro de un baúl.

Como sabía que no me podía quedar en aquel lugar me levanté y empecé a explorar cuidadosa y detenidamente fijándome en todos los detalles del pasado, me sentía como si hubiera estado en clases de la maestra Liss en historia. Descubrí a mis abuelos en su pasado. Me sentía tan feliz de que mis padres no me vigilaran y me dejaran en paz, fue lindo.

Ya había pasado cinco días, pero como no lo sabía el pasado era mucho más peligroso que el futuro y ahí terminó mi fantasía, cuando caminaba como todos los días por la calle, cuando un hombre se me acercó y me amenazó con un cuchillo muy cerca de mi cintura actuando como si nada pasara. Luego me dijo que no diera ninguna señal de que me cogía del brazo una persona desconocida, me llevo a una casa muy oscura y me guardó en una habitación. La verdad yo no sabía porque me hacía esto pero por una pequeña ventana que había en esa habitación miré que yo me parecía mucho a mi madre cuando era una niña y que mis abuelos tenían mucho dinero. Entonces me habían secuestrado para recibir muchísimo dinero a cambio.

Muy triste porque no sabía como lo iba a solucionar, lloraba mucho. Cierto día vi a un niño que vendía periódicos mencionar sobre mi secuestro, entonces después de varios días sentía mucha hambre entonces empecé a llorar y a rezar, cosa que me parecía absurda.

Entonces me había dado cuenta que por primera vez en mi vida me sentía completamente sola. Muy deprimida me recosté en el suelo de la habitación.

Cuando desperté ya no estaba en aquel cuarto oscuro sino me encontraba en la habitación de mi abuelita y a mi lado estaba un papel que decía: “Nunca pienses que tu vida sin padres va a ser mejor, sino que tu vida sin ellos puede ser un camino sin rumbo y que tu cuentas todo a ellos y si no estuvieran, ¿a quién contarías todas tus alegrías, penas y darías todo tu amor?.

Muy conmovida me di cuenta de que era todavía la noche del cumpleaños de mi abuelita, así que bajé rápidamente las escaleras y abrace muy fuerte a mis padres, ellos sorprendidos me abrazaron también.

Después de aquel momento mi abuelita me guiñó el ojo y me dijo al oído: “Ojalá el baúl te haya indicado la época correcta para reflexionar”.

FIN.