HA PASADO TANTO TIEMPO
- ¡Sí, en verdad existen! - dijo ella.
- ¿Y tú cómo lo sabes? ¿Cómo puedes estar tan segura?
- Porque acabo de verlos; había tres de ellos allá abajo, en el hall.
- ¿Estás segura? Yo pensaba que sólo eran leyendas inventadas para poder justificar nuestra existencia, aunque íntimamente siempre quise que aquellas leyendas fuesen verdad.
- Bueno, entonces ya lo sabes. ¡Existen!
- De todas maneras, no recuerdo que nadie me haya contado la leyenda, sino más bien es como si siempre lo hubiese sabido y de alguna manera lo olvidé; es decir, no lo olvidé, sino que comencé a dudarlo y a convertirlo en una leyenda.
- En cierta manera es lo que nos ha pasado a todos, pero es natural, ¿no es cierto? Ha pasado tanto tiempo, y esta casa nos ha trastornado un poco a cada uno.
La casa de la que hablaban era una antigua casona deteriorada por el tiempo, que incluso cuando estaba recién construida era del tipo de casa que hiela la sangre de quién la habita, en las noches de tormenta. Construida principalmente de madera, llenaba las noches de ruidos macabros, y por sus ventanales se filtraba una tenue luz que inundaba la casa con tétricas sombras.
Un crujido de madera en la planta baja interrumpió su conversación. Sigilosamente descendieron y vieron con asombro que la leyenda era cierta, que aquellos maravillosos seres sí existían y estaban allí, parados en el hall de su casa. De pronto, una de las criaturas se percató de su presencia; su rostro palideció y sus manos comenzaron a temblar.
- ¡Fantasmas! - gritaba, mientras huía corriendo de la casa junto con sus compañeros.
- ¿Fantasmas? - dijo ella, que aún no comprendía.
- Fantasmas - contestó él. - ¡Ha pasado tanto tiempo!
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