Fue sin querer queriendo-me dijiste-pero ya me habías aserruchado el corazón, seguiste de largo y me cortaste el antebrazo. Se me chispoteó-me dijiste y con un taladro reventaste mi discernimiento. -¡Chusma! ¡Chusma!-te dije-y te fui a acusar con mi mamá.
Texto agregado el 18-07-2008, y leído por 149 visitantes. (4 votos)