Daba yo una conferencia, he hice la pregunta en cuestión
-¿A quién no le ha pasado?... Que le dan ganas de cagar en un lugar y hora inapropiados, sin la infraestructura ni los insumos necesarios para satisfacer tan urgente menester.
Entonces –hablando hacia la audiencia- expliqué:
Sugiero a los desdichados que han pasado por tal padecimiento, buscar cualquier contenedor para albergar la materia a expulsar: basureros, el bolsillo de algún enemigo, una bolsa de basura o de supermercado. En el mejor de los casos arbustos o follajes de parques o avenidas bien mantenidas. Si alguien clavase su mirada en vuestra mirada pueden responder con toda propiedad y desenfado –déjame cagar tranquilo gueon- y asunto arreglado, además todos tienen poto y en la época de los romanos se cagaba en baños públicos sin ningún pudor ni vergüenza ¡todos juntos y a la vista! Porque tenemos que ser menos que esa civilización de la cual hemos heredado tanto: la mafia, el circo, los pirómanos, los crucificadotes, dictadores, etc. Sin embargo, y como algunos ya habrán lucubrado, que hacemos sin papel higiénico, ¿debemos usar tierra, pasto o ramitas? (no porque pueden herir la raja). No, no y no. Hay que usar un boleto de micro: se pliega en cuatro partes, del vértice se corta un triangulo; de tal manera que cuando se extienda el boleto quede un agujero al centro. Por este se introduce el dedo medio y luego se procede a la limpiar el culo con dicho dedo, del que a su vez se retiran vestigios de las fecas sobre la piel al sacar el mencionado boleto de micro hacia adelante del dedo. Ven como era de fácil y efectivo.
Y vino la pregunta que nunca falta
- ¿Y qué hacemos con el triangulo de papel profesor?-
Bueno…, con eso se limpian la caca de la uña.
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