¡Que inútil!
-creía en la suerte
¿Solo cuestión de suerte?, no sabia que otro hacia algo por el.
Luego, el grito: ¡Eh tenido suerte!
-¿Como no entiende?
Me escondí detrás del árbol cuando el se puso en cuclillas para recoger los dólares en fardo.
Comprendí que nada de lo que hiciera lograría ahorcar sus hábitos.
En estos tiempos… No cualquiera cree… en la suerte...
Texto agregado el 16-07-2008, y leído por 456
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