Me pediste que te olvidase y yo, con la boca llena de rencor y con los labios del reproche te he prometido que lo haré.
Así que, antes de que pase más tiempo, me pongo manos a la obra.
Veamos, ¿que olvidar primero?. Quizás el día que nos conocimos. No, prefiero dejar ese recuerdo para el final. Creo que será un buen broche, de fin de fiesta, olvidar lo último la primera sensación que me produjiste.
Puede que lo mejor sea empezar olvidando tu pelo. La forma de atrapar entre tus cabellos los más agradables aromas. La forma en que el viento bailaba con él. Como reflejaba el sol embelleciendo cada rayo de luz que le llegaba.
No, olvidaré tu pelo más tarde.
Tus manos, si, olvidaré primero tus manos. De piel delicada, dedos finos de yemas cálidas. Aun las recuerdo resbalándose por mis mejillas cuando estaba triste. O agarrada a la mía, llevándome o dejándote llevar por mí. Y como sus dedos se perdían entre mi pelo cuando recostaba mi cabeza sobre tus piernas.
No, tus manos las dejare al olvido, sí, pero no ahora.
¿Tus ojos?. Hogar de la mirada más hermosa que jamas he conocido. Nunca vi asormarse a tales balcones tanto amor. Su forma de hablarme sin palabras. Hacerme entender lo que sentías. El vértigo queme producían cada vez que me perdía en ellos.
Bueno, me olvidare de tus ojos, pero no es el momento, ni se merecen ser los primeros en olvidar.
Tu sonrisa. Nunca supe si esa boca se había hecho para sonreír o para besar. Pero por dios juro que ambas cosas hacia de maravilla. Nadie como tu sonrisa podía iluminar un día o una noche, daba igual, siempre lo conseguía.
Bueno, dejemos tu sonrisa para olvidar en otro momento.
Tu voz. Cuando pronunciaba palabras de amor. O como jadeaba cuando me deslizaba dentro de ti, mientras tu pelo lo perfumaba todo, tus ojos se fijaban en los míos produciéndome un vértigo increíble, tus manos acariciaban mi espalda y tus labios sonreían dando color y calor al día.
Te olvidaré, sí. Pero será difícil olvidarte de una sola vez y en un solo día.
|