Solo si me hubieras mirado
sabrías que quise respirarte
que quise un momento besarte desde arriba.
Si me hubieras abrazado
sabiendo que yo estaba dentro
habrías entendido
que quise respirarte.
Que en los cuentos de dos
no hacen falta palabras
pero sí miradas...
que los caminos del recuerdo
se hacen brillantes entre pupilas.
Solo si tu lengua y la mía
hubieran, despacio, respirado el calor
que bajo la piel ardía...
Si tú hubieras, al besar mi pecho
pensado qué latía dentro...

Las enredadas nuestras manos,
se habrían respirado,
se habría elevado el olivo,
el sol y la frontera,
dos continentes soñando
en un simple momento
real, sincero y vivido.