Lamento tener que pedirte
que te vayas nuevamente.
Es que esta pena me carcome por dentro,
(por dentro y lentamente).
Justo cuando llegaste,
mi cielo se había cansado de esperar atardeceres,
y de llorar por viejos, huidizos y ausentes placeres.
Te diré una cosa desde el alma,
te la diré al oído, simulando calma;
cerrarás los ojos, esperando escuchar
aquellas palabras que a tu corazón podrían calmar.
Lo siento, viajero, te diré sin más.
Llegaste en un momento en el que mi corazón, ya no puede andar.
Está cansado de sufrir, de que lo maltraten,
y de entregarse con pasión, para que luego lo defrauden.
Quizá se te llenen de lagrimas los ojos,
o quizá disimules que no te duele, o que te importa poco o menos;
sinceramente, no estoy para reparar en dolores ajenos ..
ya con el mio me basta, y no me deja vivir a pleno.
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