Que yo sueñe no aprueba mis ilusiones
siempre pendientes de la vieja telaraña
tan frágiles
tan inadvertidas
tan solas.
Que me imponga mirar al frente
no oculta mis temores
ni olvidos varios
ni recuerdos muchos.
Simplemente es una guía.
Que huya de los tontos fantasmas supurantes
no decrece mi coraje
es sólo otro camino para no volver
a más de lo mismo de lo mismo de lo mismo
día tras día.
Que me quede donde estoy
aquí, ahora
no mata la fuerza necesaria.
Que yo ría no asegura mi alegría.
Tampoco que me disfrace
-porque eso quieren tus ojos-
de payaso empedernido
de hipopótamo maduro
de luciérnaga curiosa.
No te confundas -aunque demás está que te lo diga-
Yo estoy triste.
Texto agregado el 14-07-2008, y leído por 544
visitantes. (11 votos)