La lluvia acicala las calles y los árboles de una cuidad, hoy mas que solitaria, por cierto.
Castiga indolente los techos generando un rumor semejante a un aquelarre de parloteos chismosos.
Un perro escapa a duras penas, mas asustado por el agua, que por el bramido de algún trueno furibundo, vomitado del celestial torrente, como un insulto amenazante a la osadía de quienes desafían su ira.
También a lo lejos, distingo algún humano imitando la desesperada huida perruna, y no entiendo bien porque lo hace, a las muestras que no logrará mojarse menos, por mas veloz que sea la carrera.
En fin…., se pierde de sentir las limpias gotas deslizarse por el cuero cabelludo, y caer impertinentes por el cuello, hacia partes aun mas intimas.
Ah…, que buena sensación!!!
Todavía no existe burócrata capaz de frenar, o poner impuesto alguno, al caudal de las lágrimas de la naturaleza.
Ya se les ocurrirá la forma, pero por ahora seguiré disfrutando.
Una tenue brisa calida, aligera los tiritares, y es para mi, casi el éxtasis.
Aminoro aun mas el paso, ese que me lleva a ninguna parte, porque nadie me espera y entonces, ¿para que quiero llegar pronto?
Seguiré caminando lento.
Solo seguiré caminando.
Solo.
Que paz.
Que buena paz….!!
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