Aún después de pasar la tormenta de arena entre tus piernas sigues en pie, aquí, detrás de mí, frente a ti se suman los dolores, se encrespan las ideas y dejas caer saliva sobre la almohada. Corriendo recuerdas cuando volabas, cuando tu piel comía sueños volando sobre tierras enemigas.

Después de un retrazo el tiempo te ha alcanzado y se a llevado lo que tú mas de una vez haz robado, entre las manos llevas la humedad de tus años restantes, de mis años faltantes te quedas la sequía de instantes. Sigues esperando a la luna que te hizo sonreír, esa que ya no ves desde la infancia, ya no ves estrellas solo lunares en el techo que desaparecen al alba.

De vez en vez, después de tomar un trago, acaricias un cigarro entre tus labios desbordando el humo al andar de tus pasos y ves al ajeno como propio, tirándole los paños al regazo, siete velos al aire, siete veces siete por los excesos a tu acceso.

Y después de todo sigues en pie, enraizada a la fe de seguir respirando haciendo de un día un siglo, que la muerte a dado una vida de ventaja para ganar esta carrera de la vida y tú le haz querido ganar con ese pequeño retrazo… solo te alcanzó para verle sonreír.