leyendo mis textos, ya hace mas de diez años atrás, me doy con la sorpresa que enciende mi alma como nada, como si fuera una vela encendida en una cueva perdida. me gusta mucho leerme, es como si volviera a existir, o a respirar aires de paz... podría dejar de hacerlo pero no, es mejor que no, es mejor que siga escribiendo para mi propio ser, ese ser lleno de tantas cosas subjetivas y que pueden desgranarse cuando las pongo sobre la página en blanco. me gusta hacerlo, me gusta leerme. quizá sea un hedonista, no lo sé, pero se siente tan bien como nada... espero que la vida me siga contando tantas melodías que brotan de cada flor que veo en este valle del mundo, donde hay tanta desgracia y gracias, como ese muchacho en la puerta de mi casa gritando que le han robado hasta su última olla. es triste pero así vienen las cosas, o como ese hombre que tiene la cara tranquila y lleva en su alma el recuerdo de su madre echada en su cama sin respirar, sin abrir los ojos, sin volver a ver a nada mas que a la oscuridad, o como ese niño que tiene todo en sus manos y lo echa al tacho porque lo único que sabe es disfrutar, nada mas que eso...


san isidro, julio de 2008