Existe una vieja historia, no creo que verídica, pero si ilustrativa, sobre un experimento con cinco monos.
Consistía este experimento en encerrar en una jaula a cinco monos. Dentro de la jaula pusieron un plátano colgado del techo y una escalera debajo de el, para facilitar a los monos que lo alcanzasen con facilidad. Cuando un mono intentaba subir por la escalera para alcanzar el plátano, les enchufaban un fuerte chorro de agua helada a todos ellos. Los monos intentaron varias veces alcanzar la fruta, y siempre obtenian como resultado el agua helada, fuese quien fuese el mono que lo intentase. A cada intento todos acababan empapados y helados.
Poco a poco los monos comenzaron a golpear a todo aquel que intentaba subir por la escalera, pues temian el resultado de esa acción. con el tiempo, ningún mono subia ya la escalera.
Fué entonces cuando sacaron a un mono y metieron otro mono nuevo. Este, al ver la fruta, intentó subir la escalera, siendo golpeado por sus congéneres. Pero el chorro de agua fria no aparecio. Todos los monos menos el nuevo conocian el resultado de subir por la escalera, asi que su reacción era previsible.
Cambiaron otro mono veterano, por uno nuevo. La historia se repitió. El nuevo intento subir por la escalera, y los demás se lo impidieron a golpes. Incluido el mono que jamas habia recibido el chorro del agua. Poco a poco cambiaron a los cinco monos. Ninguno de ellos recibio jamas castigo por subir la escalera. Pero, inevitablemente, cuando uno de ellos lo intentaba, los demás le golpeaban. La unica razón que tenian esos monos para su actitud, ya que ninguno de ellos habia recibido el castigo jamás, era hacer lo que hacian porque siempre se había hecho asi. Al que intentaba subir a la escalera se le golpeaba. Siempre había sido asi. Esa era la única razón.
En esta sociedad de la información, en la que casi todo se da por sentado, cada vez nos parecemos mas a los monos nuevos. No nos planteamos por qué son asi las cosas, que sentido o función tienen y si es lógica y provechosa nuestra actuación o pensamiento. Acabamos siendo monos, tan amaestrados ,que ni castigo necesitamos para hacer o dejar de hacer lo que a alguien, externo a nosotros, le interesa. |