En la remembranza intento descifrar en que punto decayó la eterna luz en mi camino, cual habrá sido el momento en que los miedos volvieron a la tierra en que me establezco para reempezar mi viaje de crear y crecer.
Me encontré extrañando una historia que no he sentido tan mía pero ha sido la insuperable gran historia de realidad, mimetizado con resabios ilusorios, me continúan las dudas de lo que podría ser si tan solo fuese capaz saber expresar mis emociones, o almenos hacer el intento de cumplir mis anhelos y no vivir por las fuerzas que otros han sido capaz de llevarme.
Aún así no negare que me ha parecido grato dar esos viajes de vida, llenarme de historia y adorar la alegría que en otros he sabido crear, pero me duele intensamente engañarme y engañar a la vez por la falta de fuerzas que me ancle a mi misma.
Este texto lo escribo con el fin de plasmar el instante de soledad que vivo, y las fuerzas que me obligan a reencaminar mis pasos, me cuesta lograr cambios duraderos y me acostumbro a la rutina, no pretendo que os agrade lo escrito en estas líneas, y entenderé su desinterés, solo que a veces es necesario dejar ir algunas ideas que recorren la mente.
He acariciado las ideas adolescente de cumplir el fin de mi vida, para no alargar la agonía de obligar al mundo a esperar mi paso lento frente a las novedades, me gusta este reempezar pero me asusta el afán de apresurar la llegada a la perfección, en los errores esta el gusto por los logros, en las dificultades y derrotas esta el anhelo por el triunfo.
Parecerá un poco frívolo lo anterior o trivial, pero intento crear esa idea en mi mente en todo orden de cosas, extraño el sentir de tanto, el atreverse aunque el fracaso sea inminente con el solo lujo de decir “lo intente” que no llegue a los resultados esperados suelen ser malos cálculos. En fin materializando la idea final tan solo espero mañana despertar con mejores ideas y con más luz en mi mundo.
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