Grito en sueños
y no puedo escuchar
aún tu reacción.
Tu no estas,
nunca has estado,
y aunque juro que no esperaba
ya tenías mi atención,
que no es mucho, que no es nada,
da lo mismo siendo yo.
Cierro los ojos,
pido el deseo,
las velas se apagan y ahora quiero
no encontrar más situación,
que ojalá no se repita.
Ya no puedo
y solo espero
cumplir tiempo sin temor,
sin dejar falsas excusas
de accionar sin corazón,
solo el toque eterno y pleno,
libertad a la razón,
no más tiempo, ni conciencia
buen regalo al aniversario
de la incertidumbre de un mañana no pedido, no soñado, no esperado,
bautizado con olvido, y olvidado en un rincón.
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