tomo el vino punga de las calles ciegas
mientras el invierno se resume
en el ánimo de la incoherencia
la sangre se hace abultada papada
y somnoliento destino de tránsfuga alegre
cada paso resuena como avisando
avisando que la mejilla roja
se derrite en los muros manchados de orín
y que los zorzales migran al corazón del continente
porque desde allí el calor brotará insoportable
refugios alicaídos
ornamento pobre de barrio enfermo
las locuras francas acabaron
no hay poesía ni pinturas frescas en los paltos
las hojas se han quedado desiertas
olvidadas en el fruto que respira
dentro de un carro de compras
sólo los locos le cantan a la luna
o bailan aullándole a la primavera
el murmullo de los de abajo
retumba amordazado en los oídos vigilantes
vigilantes palacios de avaricia y vanidad
caemos muertos de frío
de soledad y de violencia
la vida yace boca abajo
lamiendo el asfalto citadino
más acá
la brisa abrigará los vientres húmedos
la frágil belleza de los pueblos olvidados
y aunque truene el relámpago fornicante
las lágrimas habrán llenado el desierto
de flores y de ira
Texto agregado el 07-07-2008, y leído por 71
visitantes. (0 votos)