Mientras dirigía una mirada libidinosa a su vecina balbuceando extraños guturales, sucumbió bajo las garras de aquella mente, permaneciendo así impune a cualquier otro deseo fuera de lugar...
Texto agregado el 25-04-2004, y leído por 374
visitantes. (11 votos)
Lectores Opinan
09-09-2004
jajaja está muy bueno este. Pero escribe también de las que usan ropa escandalosa y miran de reojo a la oficial cuando el hombre las mira!
Que uno mira, y a veces es imposible no mirar!
(concluyo: Ciertamente, temo que las garras de esa mente me hagan daño...) orlandoteran