Ella miro el reloj desesperada por la ausencia de su amor. Se había imaginado tanto ese encuentro, que hasta lo habia soñado.
No perdió de vista ningún detalle de su cuerpo:
Su fragancia favorita,el negro azabache de su cabello suelto y por supuesto la lenceria de encaje púrpura con listones rosados, que combinaban perfectamnete con el bronceado de su piel.

Mientras esperaba, su cabeza era bombardeada con pensamientos de culpa, curiosidad y deseo, pero su corazón reventaba de amor.Un amor necesitado, furtivo y en secreto guardado.
Había organizado y planeado su día, para que a los ojos de los demás fuera un día normal; fue a su oficina, atendió a algunos clientes y la llamada rutinaria a su esposo, recordando la respuesta tosca y seca de alguien habitualmente ocupado.

Su pensamiento fue interrumpido por el sonido de un auto al llegar, su corazón palpitaba rápidamente, sus manos sudaban y su ansiedad la excitaba.

El encuentro de dos amantes
explícito en las caricias perdidas,
en los gemidos mudos,
de un amor que no tuvo.
El encuentro de dos amantes,
necesidad de deseo, perturbación
y rutina que se excedió.

Volvió a su oficina y terminó su día.