Vine al mundo con fuertes alas con que surcar el cielo
y un pecho desafiante con que enfrentar las tempestades
Hermoso como solo el Amor de Dios puede hacernos
y un corazón que no se cansara de dar y recibir Amor

Creí que el mundo a mis pies todo mío era
y el aire de los cielos para mi deleite y regocijo
Los mares no eran más que espejos para mi propia contemplación
y las nubes esponjitas que acaricien mis mejillas

Pero soplaron los vientos furiosos ante tanta vanidad
y mis alas fueron perdiendo poco a poco su plumaje hermoso
El corazón que antaño se henchía en mi pecho
empezó a perder el paso y llenarse de dolor y pena

Pero mis ojos fueron ciegos a tales acontecimientos
Mis oídos sordos al tronar de las tormentas
Mis labios mudos al Amor
Y mi corazón seco para dar y recibir

Sucedió lo que tenía que suceder
y que los cielos y los mares veían con pena venir
Ya sin alas con que volar y un corazón que aliente mi paso
cual ángel caído
el paraíso perdí.