Si alguien antes me hubiera preguntado por qué me gusta tanto el mar no hubiera sabido qué responder tan solo decir: me gusta y no sé por qué. Si alguien me pregunta hoy por qué me gusta el mar tan solo le diré: no son bellos sus ojos? y sonreiré.
Texto agregado el 06-07-2008, y leído por 70 visitantes. (0 votos)