Como si los días no pasaran. Como si la vida no existiera. Como si todo lo que pasara fuera la mera careta del vacío. Como si la verdadera vida ocurriera allá, lejos de mí. Como si mi alma buscara mi cuerpo y mi cuerpo buscara mi alma, vanamente.
Y el cuerpo sin alma te exige descansar, exige a tus párpados cerrarse, exige caer en la inconciencia, pero el esfuerzo no sirve, pues el dormir no es lo que necesita. Sólo el alma descansa de verdad.
Te rodea el silencio, invadiéndolo todo, saturando tus oídos, hasta tu respiración. Te rodea el vacío que no existe, pero es tan real.
Y el arco iris se desmorona bajo tus pies, derritiéndose en el barro, arrastrándote con él.
Y tú crees que así vas a lograr algo...
No lo crees, nunca lo has creído.
Porque nunca caminaste sobre el arco iris, fue otro sueño más.
Porque los sueños siempre se han transformado en pesadillas, o en realidad las pesadillas se burlan, disfrazándose de sueños. Finalmente siempre es igual.
El arco iris muere finalmente, cubriéndolo todo de un gris anaranjado.
Porque levantas la mirada buscando una respuesta que no te quieren entregar, buscando algo que sabes no vas a encontrar ahí, que sabes que probablemente no encuentres en ningún lugar.
Porque el arco iris ni siquiera tuvo la dignidad de desmoronarse, simplemente nunca existió.
Porque al levantar la mirada lo único que ves es la tierra que cubre tu cabeza.
01.09.07
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