Se acercó, me señaló y dijo...
-Sólo mírenlo a él que no tiene problemas.
Mi figura pública siguió intacta, pero mis ojos perdidos picaban cada rincon del establacimiento y me recordaban que alguien de mi familia sufría de muerte.
Texto agregado el 25-04-2004, y leído por 306
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Lectores Opinan
24-06-2004
No sé, no tiene la fuerza necesaria para ser un cuento, es como una oración con una descripción previa. SicFaciuntOmnes