Espérame en tu sueño, caeré, eterna e inocente en cuanto menos lo pienses,
Desmembrará mi corazón un poco de tus ilusiones, algo en tu interior se romperá dolorosamente, no puedes imaginarlo aún, todavía no es tiempo, pero llegará, tan pronto, que veras como mis palabras se tornan recuerdos, recuerdos de la nítida imagen que solía ser.
No tardes en asimilar mi ausencia, estaré mas cerca de ti, viviré en ti, seré y serás mas libre, y podrás disfrutarme eternamente en tu mente como fui: taciturna, callada, como aquella musa en el poema quince de Neruda.
Y avivaras la llama, sembraré en ti la magia que deseabas, una llama sin nombre, la llama de un sentimiento libre, sin límites.
Debo decirte, que si recibes mis palabras, habré cumplido un gran deseo, pero si no, igual acompañare a tu alma mas allá de una barrera corporal, cruzando umbrales, permitiendo que sea la verdad la que vuele a mi lado en el camino desconocido de una ausencia sin existencias palpables.
Esperaré, se libre pero no me olvides, no lo hagas, yo nunca lo haré, y desearé desde el misterio de la oscuridad que obtengas la felicidad que anhelas, será mi amor trascendental y sublime, Lo hallaras dentro de ti, pertenecerá a tu alma y esta complementará mis sueños sin cumplir.
Déjame decirte adios.
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