Te seguí los pasos,
te observé hasta que te perdí de vista,
cerré los ojos una vez más,
lloré, solo lloré,
denuevo,
solo que esta vez no me pudiste ver.
Te seguí los pasos,
te observé hasta que te perdí de vista,
te vi correr,
puse las manos en mi cara,
sequé mis lágrimas,
una vez más las sequé,
denuevo,
solo que esta vez no me pudiste ver.
Le pedí a Dios una sola cosa:
Si existen otras vidas,
por favor,
déjame nuevamente,
contar con el placer de estar con él.
Cerré la puerta,
lloré…
|