Esteril

El viento se llevò sus ùltimas hojas
Dejando sòlo el recuerdo de aquel follaje majestuoso
Que otrora habìa deslumbrado a quienes
Lo habìan visto erguirse altivo hacia el poniente

Sus ramas, ahora mustias y vacìas,
Semejaban brazos extendidos, suplicantes, agonizantes
Cruel alegorìa de una muerte en vida
De un gigante aletargado en un sueño infinito
De un sol condenado a un cautiverio eterno

Y en su interior, silencio y oscuridad
La savia que recorriera derrochando vitalidad por sus venas
Aquel preciado nèctar que fluyera incontrolable
Otorgàndole ese encantador resplandor
Con que cada noche enamorara a la Luna
Habìa desvanecìdose ya
Dejando una estela de sueños arcaicos,
Un laberinto de fuegos remotos.

El decidiò morir de piè
Como habìan muerto tambièn los cerros
Que se elevaban mas allà de la noche azul
El llorò de piè
Y su lamento conmocionò la tierra
Cuarteada por el inclemente sol de la mañana
Y las làgrimas, sus làgrimas
Se mezclaron con el aguacero que provenìa del norte
Creando rìos de aguas saladas,
Lagunas de atardeceres turbios,
Arroyos de color tristeza

Y finalmente se extinguiò
Y en su ùltimo suspiro
En aquel ùltimo latido
Ensayò una sonrisa a su Luna enamorada
Y entonces le ganò la noche
Y la bruma del tiempo lo transformò en olvido.-

Darìo: 04/12/06