Sus lágrimas se deslizan en la piel de espina.
Los pétalos envejecían sin luz de iris
caían desmayados sobre la tierra dura, porosos y tersos dejaban la vida, suicidas en el aire; los estomas se han convertido en pequeñas bocas que ruegan con ansia un calido beso, solo quiere amor.

Lagrimea polen,
la negrura de sus pétalos que son cabellos de mujer parecen veneno para un enamorado tonto que no huele el dulce néctar.


Palpita su tallo,
como corazón en rayo de luna,
¡verdadera afrodita hecha flor¡
sus raíces beben de mismo dolor.