Cintia: (A Quique que está leyendo una revista)
¿Te enteraste? Los diputados de la Nación, aprobaron: la polémica ley ciento veinticinco,
que establece la retenciones móviles para el sector del agro. Ahora la discusión pasará al Senado.
Quique: Yo pienso que la distribución de la riqueza, por parte del estado hacía el conjunto de la ciudadanía, es la justa división del presupuesto en partes proporcionales de acuerdo a las necesidades que existen, pero no más que eso;
por este motivo, el Estado se ve en la obligación de tener que recaudar.
Pero la propiedad privada es parte de la esencia de nuestra cultura, los dueños de la cosechas son los que explotan el campo, y están al frente de la siembra.
El Estado debería ser contenedor de las situaciones, compinche, tendría que estar todo el tiempo seduciendo para meterse en el negocio pero bien.
La confrontación entre los socios que comercian juntos, es negativa para hacer negocios de común acuerdo.
La retención del treinta y cinco por ciento ya estaba acordada, la discusión se generó cuando la llevaron al cuarenta y cuatro por ciento,
y móviles, ahí se desató la polémica,
los paros, los cortes de ruta, todo el despiporre que se armó.
Realmente es difícil desistir de mejorar la recaudación, porque justamente es muy necesaria,
pero esto no debe acercarnos a la posibilidad de fracasar, retroceder como pais, o enfrentarnos entre hermanos, tenemos que generar legítimas transacciones que traigan nuevas riquezas.
Pienso que más allá de la plata que manejemos, aquí hay un tema urgente que es el de la crisis de los valores morales. O sea que no hay que dejar de dialogar; y de pedirle a Dios que nos ayude.
Cintia: No te creas, tampoco sé muy bien donde pararme, porque yo además a Cristina la quiero.
Pero estimo que el fantasma de aquella ley que existe, y que prohibe al estado cobrar impuestos que superen el treinta y cuatro por ciento,
pesa ese karma ¿viste? no podemos fracasar en este despegue por asuntos que no sean realmente significativos, eso me da bronca ¿sabes?.
Quique: Estoy pensando en el paisaje del campo,
imaginando esa fotografía, digamos en todo este tema del agro, de la soja que arruina la fertilidad del suelo, del tambo, de que sí entra hacienda al mercado o no, y bueno a pesar de los aires que se avecinan que traen malos vientos,
tenemos que seguir viviendo, viendo la vida pasar,
se me ocurrió la idea de que podríamos iniciar un juego erótico en alusión al campo.
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