Estoy a orillas de un río, de un río equis,
dormitando. Efectivamente, no por casualidad ni esnobismo, ni porque la briza azote como un viento impagable, tengo la gruesa tanza de la linea atada al dedo pulgar del pie derecho.
No estoy solo, estoy rodeado de potenciales testigos que hablaran de mis costumbres.
Pregunto porque no se, y no se a quién pregunto.
¿Como hacer bien creíble que una lancha que raudamente pasó enhebrando la soga en la helice, halla amputado ese miembro pero lógico arrastrándome aguas adentro?
Sí claro teniendo el dedo ya cortado al momento de cazar la embarcación.
Para más luego, sin que aparezca mi cuerpo,
me den por auténticamente desaparecido, muerto.
Deseo cobrar un suculento seguro de vida puesto que soy un atorrante sin remedios con algunos kilos de más.
No obstante intento disfrutar de los últimos días de existencia, que con este nombre compuesto me quedan.
Creo que responsablemente mi gran obra será que mis herederos puedan cobrar esa gran suma;
y yo en otro lugar continuar "pelado" siendo un hombre nuevo pero feliz.