Desliza
su sombra antigua
sin quebrar el silencio
de su reino despojado
Teme
quebrar las rutinas
la invasión
de sus propios rincones.
Ochenta y nueve golpes
y otros tantos besos
un millón de grietas
sus ojos insondables
ya no escrutan futuro
su cuerpo mueble
no estorba el camino
en esquinas
simple y encogida
Está sola…
entre tantos
está sola.
Texto agregado el 04-07-2008, y leído por 245
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Lectores Opinan
03-12-2013
Gracias por invitarme a leerlo. Es el homenaje que podemos hacerle a aquellos que fueron y hoy son sólo sombras. elpinero
23-08-2013
Leo tu poema y veo a una viejecita inmutable, sentada en su silla de ruedas, ajena al paso de los días, sin aguardar nada, mientras la familia le hace miriñaques tal si fuera un bebé a punto de despuntar. Lo que narro también es un caso real que se emparienta con tu relato. Conmovedor todo. Un abrazo... gui
18-10-2009
Como todo lo tuyo, cada una de las palabras se te mete en la piel y sentís como propios cada uno de los detalles. Es lo que no debemos permitir en nuestros mayores: su espacio y su vida deben marchar acorde con el paso del tiempo, no deben ser despojados de nada y no debe tener la soledad por compañera... juanirenata
13-03-2009
Una ternura gloriosa se poza en ciertos seres humanos a esas alturas... pocos lo captan. Tu lo capturaste en esas palabras... tamaruchca