Hiérades…
no deben saber mi nombre
con su sonido tañe la muerte
la mortaja dormida
sin velos sin hilos de metal
no tienen espadas
sus cruces brotan
en campos desiertos
tiemblan las mieses al viento
mas no le temen a las serpientes.

Por eso, Hiérades
no pronuncies mi nombre
ni lo pienses siquiera
hay quienes adivinan lo que no es
y por mi nombre ofrecerán fortunas
buscarán por las noches
en las camas de los inocentes
y por toda respuesta habrá silencio
y por todo castigo habrá la muerte.

Desclavaré sus cuerpos
y quitaré sus cadenas
sobre la sangre
honraremos a los valientes
ellos sabrán quien soy
pero como siempre nada dirán
es la prueba
mi prueba
a mi ejército celeste
más allá de las estrellas
suya es la casa de cristal
de luces, de astros
de infinitos big bang.

No tengas miedo
que ese es su alimento
su vitalidad perversa
su única fuerza
en cambio yo… Hiérades
coronaré tus huestes
después de la batalla
con olivos etéreos
serán luz y no polvo
¡No beban del crisol simbiótico!
contiene la hiel de su odio
por eso no odies
no temas
no desees el final
más que el principio
muéstrales tu valor
tu amor
tu silencio

Porque yo estoy
en cada uno de los que luchan
en todo acto pasivo
en el camino de luz
sé de tus esperanzas
son justas, necesarias
porque yo también
soy un soldado
el más humilde
de los ciervos
y todos ustedes
son mis señores

Preparen las lanzas
sobre sus puntas afiladas
no clavaremos cabezas
ni atravesaremos corazones
¿Para qué son las armas entonces?
serán como el rayo
volando sobre la tierra
los jinetes de Dios
los jinetes de fuego
si con todo su poder
no devastan al injusto
el plan cósmico
tiene un propósito
escrito en nuestros destinos.
Sin mancha ni sombra.