Bebe,
que te as ido de mi ser;
que te as escapado a lo mas profundo,
de este oscuro mundo.
Que as jurado y maldecido,
que as pecado, que as sufrido.
Que te as de sentir libre
en el mundo surrealista en el que estas,
donde la imagen pesa por demás.
El alcohol,
que inunda mis venas,
que las rompe, las explota;
me trae tu recuerdo vagabundo,
de sentimientos enterrados,
ocultos en un pasado,
ensangrentado por el dolor del pecado.
Pero tu,
que me as cortado en dos;
que me as de extrañar,
pero no me quieres nombrar.
Tu,
que compraste el silencio,
que borraste el recuerdo.
Tu...
que eres mi necesidad.
Escucha por lo menos
las ultimas lagrimas de este hombre,
que se cansa de morir por esa boca,
que se desespera por una gota
de ese amargo licor.
Que descansa en hojas,
para soñar que tu me tocas.
Solo tu sabes que es para ti.
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