¿Sabré que estoy aquí
Mientras duerma la noche fatal?

Cubriré con mis brazos tu débil figura
Desamparada como un pétalo bajo la tormenta
Entregada a la premura del tiempo
Que socavo toda algarabía de tu alma trigal.
Seré el esclavo de tu sonrisa arpía
De tu cerebro constipado
Porque para eso no nacimos libertados
Atado a las circunstancias del libre albedrío
Purgando las culpas del truncado frenesí
Cargando con la herida de los infortunados
Que alegaron clemencia a los parias
En algún antro llamado democracia.

La lluvia cae por complacencia suprema
En el tugurio atribulado de carmesí
Tu olor a perfume decantado
Se contrae como una fritanga trivial
Atrapado en su dulzor ovular.

El miedo me hizo humano.