La cuestión es que la escena final es un fracaso,
y los espectadores de esa gala, que fue el estreno, quedaron en las butacas masticando bronca.
En un comienzo la obra venía entretenida,
pero luego calló en profundo bajón de incongruencias, terminando por ser,
este espectáculo acerca de la vida de la periodista Cintia Bermudez, un híbrido incongruente,
un pastiche tridimensional, un fracaso.
Los actores ya desde el ensayo general venían sabiendo que esto podría ocurrir,
entonces le solicitaron al director que incluya una salida luego de caído el telón, para enfrentar la situación y hacerse cargo del mal momento entregado: ofreciendo una estupenda torta de tres pisos, como premio para aquel que tuviese,
en el boleto de la entrada, en el ticket,
el numero ganador que sería quitado de una gran gorra. Además habría importantes regalos del tipo de una lapicera bañada en oro, una cartera de mujer de cuero de carpincho, unas toallas para el toilette. Y así fue que por está inclusión del sorteo (exclusivo para las primeras funciones ya que es de preever que esto no funcionará)
el espectáculo terminó incorporando este momento como una parte más de la obra,
el verdadero ultimo acto, la verdadera ultima escena final, puesto que el argumento está basado en la vida real de los protagonistas que actúan,
y ocurrió que ese conflicto de poderes afloró en el sorteo del día del estreno, armándose una escena descomunal en el sentido de estupenda, provocando en los actores un magnífico estado de catarsis, ideal, propicio para el gran laboro,
que hizo que emergieran en esa instancia,
pos obra finalizada, una elogiable erupción de los conflicto aleatorios que hicieron que todo cierre perfectamente y salga de la reinante obviedad.
Básicamente la obra trata el tema de la fidelidad en el amor, o el fracaso de lo contrario.
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