Cabezón Querido:

Te sorprenderá saber que he leído tu novela. Estamos hasta las manos cabezón querido. Todo bien, pero ¿como se te ocurre incorporar en tus atolondrados escritos sucesos ficticios que de alguna manera se pueden relacionar con nuestras vivencias reales?
Vos sabrás. Siempre fuiste un poco temerario.
Por lo pronto te cuento que me he cagado de la risa buenamente un rato, (de eso se trataba la historia ¿no?).
En fin, te mando ahora unos cuantos datos que quizás te puedan servir para el redondeo o la continuación de esa historia tuya.
Che, ¿no pensaras en publicar no? Te mando un abrazo, a ver si nos vemos a tu regreso.
Maria esta viviendo en Barcelona; tiene una hija. Se caso con un importante gallego. Labura el la universidad de allí.
Majud para, de vez en cuando, en un cabaret de la zona del bajo. Sigue en la misma. No le afloja a la bebida. El otro día se cayó en la avenida Avellaneda. Iba en bicicleta hasta el choto. Lo amontono el 18 contra un taxi. Ahora anda rengo.
A los changos se los ve poco. Se me hace que el chancho esta sin laburo, porque ya no se lo ve de portero en las jodas de CC. Del otro flaco culiau no se nada.
Murió Renzo. Un pico de azúcar. Al velorio fui yo y la gorda de la López y Planes. Al final la gorda lo termino bancando hasta que espicho. ¡Lo que son las cosas!
El barrio se va para arriba, pero ya no tiene la mística de nuestros tiempos.
Los Santos andan para la mierda, como de costumbre.
Yo, finalmente estoy bien…bueno es un decir, sigo en la docencia… es decir, cagado. Estoy parando en lo del Molino. Eso es señal de que uno se esta poniendo viejo. En mi caso viejo y pelotudo. Ya lo habrás notado.
Eso es todo. Como verás no es mucho, pero quizá te sirva para seguir jodiendo con ese pasado.