En un fascículo del retículo
está la secuela de la escuela
así como el oblicuo condominio
licuó el dominio del dominó.
En tus ojos no hay enojos,
como en mi risa no habrá prisa
si tu lágrima aterriza
en la orilla de mi mejilla.
Te deseo en el ocaso
pero si acaso te veo
me desplomo sin reparo,
y pronto me paro y te tomo.
Nos iremos del remolino
jugando a estar despiertos
siempre tomando vino
siempre jugando atentos
Así siempre creceremos
así es nuestra naturaleza,
muestra de tu pureza...
tus ojos...tu mirada,
tus pinceladas.
Texto agregado el 25-06-2008, y leído por 199
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