La premiación estaba a punto de comenzar y aunque Ernesto Carriego se sentía con firmeza como el ganador del primer lugar, comenzó de pronto a invadirlo un pesimismo que le hizo pensar a futuro sobre lo peor y pensó en algún posible error del jurado, en una trampa hacia el, o en algún compadrazgo entre algún escritor mediocre y alguien de los del jurado y así los pensamientos aturdían su cabeza de esta manera.
-Esto es demasiado, si la razón y el equilibrio existen para mi dejaron de existir desde el momento en que esos imbéciles dieron el nombre de el supuesto ganador, yo que dedique horas y horas para arreglar cada detalle, me di a la tarea de poner mi trabajo en manos de otros escritores de menor valor que mi para que me mostraran esos pequeños defectos que solo gente pequeña como ellos pueden observar y arriesgándome a que me robaran la idea de tan majestuosa obra.
Esto no tiene sentido, yo estaba mas que seguro de ganar, hasta había escrito y aprendido de memoria mis entrevistas con la prensa, es mas no he dormido cuatro días pensando en la forma y la pose que tendría cuando mencionaran mi nombre para entregarme el primer lugar, maldita sea ¿Qué culpa tengo de haber nacido en este país donde ni el jurado puede apreciar una obra de tanto valor narrativo y poético? Si hubiera escrito algo al estilo de Cohelo o de Galel estoy seguro de que hubiera ganado, pero no, yo no puedo rebajarme a tanto y lo peor de todo es este ridículo smoking que ando puesto, todos andan vestidos normalmente, pero no, es que ellos son del montón y yo no, tenia que mirarme presentable para la televisión, con sobriedad y un pequeño toque de arrogancia, pero bueno, mejor no sigo reprochando, la verdad que ni es su culpa ni la mía; no es su culpa porque ellos no están a mi altura y no es la mía igualmente porque estoy por encima de ellos.
Ahhh!!! Pobres idiotas, ya verán cuando con el tiempo la historia me honrre, cuando yo sea el recordado y ustedes nadie, ya verán ese día… ya verán…
-De pronto los pensamientos pesimistas de Ernesto se esfumaron al escuchar “y el primer lugar es para Ernesto Carriego”
- Pucha que mal, que pensamientos mas pesimistas los míos por Dios, pero era mejor pensar así, de todas maneras solo fueron pensamientos, nada mas, yo lo sabia, me lo merecía…
-Fue cuando su madre se acerco a el amorosa y tiernamente y lo miro fijo por unos momentos y tocando su hombro le dijo < hijito ya levántese, ya deje de dormir, ya se le hace tarde para ir a la universidad, ¿soñando con lo del concurso? Ya paso mi amor el otro año talves, el otro año…>
- Y así el Ernesto despertó de su más amargo y dulce sueño.
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